La adaptación al castigo.

Roberto Gómez Navarrete.

Los mexicanos somos ambiguos, contradictorios, 

no respiramos seguridad,

respondemos con silencios.

Tradición y deslealtad, crimen y amor se agazapan 

en el fondo de nuestras miradas.

Octavio Paz. El laberinto de la soledad.

Las leyes energéticas y sus leyes secundarias respectivas forman ya espacios del pasado. Todo ha sido concluido. ¡La historia les recordará su precio! fue la expresión de Zulema Huidobro del partido Movimiento Ciudadano a los legisladores, que sumisos y por mayoriteo, aprobaron lo que para muchos mexicanos se considera una traición a la Patria. Así mismo en el recinto parlamentario se descubrieron los “bonos” que suspicazmente harían el milagro del consenso a favor de la aprobación inmediata de las reformas.

Más de 300 millones de pesos recibieron los partidos aliados al PRI, incluyendo el PRD oposicionista. La dádiva bajo el rubro de “subvención especial” o “extraordinaria”, se dio por extraña casualidad cuando se discutían las reformas estructurales. Huidobro indignada soltaría en aquel recinto el interrogante flamígero que de seguro los pondría a reflexionar.

-¿De cuánto va a ser este bono por haber vendido a la Patria? (Proceso, 3 agosto; 2014)
En tanto los ambientalistas seguirán impugnando las leyes agraviantes al suelo agrícola, ganadero, así como a las Áreas Naturales Protegidas, ante la amenaza de una “nueva expropiación” de los hidrocarburos, ejercida por los magnates extranjeros, los mismos que fueron expulsados por Lázaro Cárdenas en 1938. Sin embargo habrá que imaginar la respuesta de los campesinos ante las ofertas, desde luego si hay daños lesivos a su tierra. Estos tendrán el cobijo de los Tribunales agrarios, expresa el gobierno, lo cual será tanto como entregarse a las garras del demonio.
Por otro lado y como presas del CNC gobiernista vendrá seguramente la “adaptación al castigo”, sumiéndose en las redes del engaño adoptado por el poder. Así mismo, llegado el momento de las ofertas por lo que se ha llamado eufemísticamente “ocupación temporal”, estarán sin duda, frente a la dádiva visual y anímica del beneficio del billete verde. Una fortuna temporal o bien una herencia improductiva. Ante el desierto que dejaran a la prole que les suceda.
Surgirá de este acondicionamiento económico y antiecológico, la nueva clase social: la de los latifundios energéticos, bajo el amparo de ejidatarios, comuneros y pequeños propietarios; es decir, la propiedad en pocas manos. Se impone la ley del más fuerte entre los terratenientes, líderes y guías sociales, los de siempre: gestores e intermediarios bajo el sistema sobado de la corrupción.
Desde luego los nuevos amos de los hidrocarburos, aplacaran las inconformidades, las denuncias tendrán un dique en las leyes que los dueños de la tierra desconocen. Surgirán las guardias blancas para defender a los intereses de las trasnacionales. El régimen dictatorial del Porfiriato se hará vigente. Sin embargo, las reflexiones abundan de lo que hoy se hace escarnio:
-¿La adaptación a las ofensas podrá doblar la dignidad?
-Todo dependerá del que sepa qué es y con qué se come.
-¿En qué lugar del mundo donde aflora la miseria y hambre existirá el patriotismo?
-¡Aún no conoce en este mundo!
¿La soberanía nacional se pensará en México frente a la cruel pobreza y la desigualdad social?
Las reformas estructurales han salido de una obediencia inédita, y retomando a Sir Bertrand Russell, filósofo que define a la obediencia como enemiga de la inteligencia, ya que se obliga a la comunidad a aceptar doctrinas evidentemente absurdas. El obediente entonces se convierte en estúpido y desafecto, como consecuencia hay un rebajamiento de su nivel intelectual, vigente una inercia y pasividad que aniquila.
Sin embargo, al parecer las inteligencias lúcidas se oscurecen ante los intereses grupales, producto desde luego del engaño amparado por la sumisión aberrante, al hablar del esperanzado futuro de los dueños de la tierra productiva, así lo dicho por el dirigente nacional de la CNC: Los campesinos nunca serán motivo de despojos por el contrario como propietarios sociales de la tierra serán los partícipes de la riqueza petrolera.