lunes, 16 de noviembre de 2015

¿ÁREAS PROTEGIDAS EN MÉXICO?

Roberto Gómez Navarrete


Este interrogante, no sólo se estila en el seno de la sociedad, también lo confirman como una contradicción las mismas instancias gubernamentales, las cuales, se lamentan de las inercias existentes en el mantenimiento y conservación de las llamadas Áreas Naturales Protegidas (ANP), las que pese haber sido decretadas sobreviven en la actualidad con una desprotección mayúscula, amenazando que en el curso de los años extingan su capital natural

En efecto, en nuestro país se tienen bajo decreto 176 áreas naturales y de éstas, lamentablemente tan sólo el 50% cuenta con la legislación básica y necesaria para operar, ya que éstas, garrafalmente, carecen de un programa de manejo real creíble, o sea, el instrumento rector de planeación, regulación y administración. Tal defecto, lo menciona como un obstáculo para su buen ejercicio la página oficial de la COMISIÓN NACIONAL DE ÁREAS PROTEGIDAS (CONANP).


En el mismo contexto, la LEY GENERAL DEL EQUILIBRIO ECOLÓGICO Y LA PROTECCIÓN AL AMBIENTE, establece que al año de ser decretada una reserva ecológica se debe contar ya, con un programa de manejo; ya que, si esto no ocurre, surgirá la incertidumbre jurídica que atañe principalmente a los habitantes que residen y son legítimos poseedores de los espacios terrestres, así decretados. Estos mandatos, han sido aceptados por EL CENTRO MEXICANO DE DERECHO AMBIENTAL ( CEMDA) indicando que si no existen programas  capaces de beneficiar a las comunidades  y lejos de la sustentabilidad ambiental dichas ANP no tienen razón de ser. considerándose inexistentes.

En este caso particular, se encuentran las reservas de la biosfera, caso particular el Santuario de la Mariposa Monarca, establecido en los estados de México y Michoacán, cuyos programas de manejo si bien fueron instrumentados, al paso del tiempo por incumplimiento normativo han resultado obsoletos, y realmente anárquicos. Es así, que la reserva biosférica de la Mariposa monarca carece de la legislatura obligada, sobrevive exclusivamente de la publicidad oficialista, ya que sus impedimentos son notables en cuanto a ocupación de personal para vigilancia, así como, los recursos económicos para el pago de servicios ambientales que hasta el día de hoy, no han sido satisfactorios para los dueños del recurso forestal: donde existe el hábitat de las mariposas.

Se admite, que la principal causa que conduce al abandono y degradación del ecosistema se debe fundamentalmente a falta de presupuesto, no obstante, que existen aportaciones de la iniciativa privada y asociaciones internacionales. Todo ello, resulta una complejidad de factores para lograr e impedir el deterioro ecológico, dado en este caso por la deforestación, el cambio de uso de suelo y la tala boscosa que se dice clandestina. Sin embargo, también la destrucción boscosa la ocasiona la tala “legal” que se sucede a través del contubernio y soborno de autoridades proclives a la corrupción.

Lo óptimo y deseable sería que los programas de manejo sean reales a corto y largo plazo y con beneficio sustancial a los miles de ejidatarios y comuneros, los que hoy por hoy, se revelan en contra del único programa gubernamental considerado exitoso aunque contradictorio como resulta ser el turismo ecológico de muy baja rentabilidad y que no llena ninguna alternativa económica para ejidatarios y comuneros. Este ecoturismo, según los versados en cuestiones ambientales, resulta dañino para el entorno, considerándose nefasto debido a que donde el ser humano imprime sus pasos, todo se destruye.

Por todo lo antes dicho, es tiempo de repensar en la terapia de la patología natural del santuario que lo conduce a la destrucción de todo su ecosistema: el santuario debe salvarse antes de que sea demasiado tarde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.