miércoles, 23 de abril de 2014

Hambre, pobreza y la desaparición de ciudades enteras es lo que dejará el cambio climático en México.


Por: Juliana Fregoso -
Para el año 2050, al menos uno de cada 45 mexicanos sufrirá los estragos del cambio climático ya sea en forma de inundaciones, calor excesivo, enfermedades o la pérdida de su patrimonio coincidieron expertos de distintas organizaciones, quienes advirtieron que poblaciones completas corren el riesgo de desaparecer. El gobierno de México, en su Programa Especial de Cambio Climático, lanzado en 2012 por el entonces Presidente Felipe Calderón Hinojosa, ya reconocía que el 68% de la población en el país, así como el 70 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) estaban amenazados por el cambio climático; estos datos fueron los que dieron pie a que se empezara a elaborar la Ley de Cambio Climático.
De acuerdo con Oxfam internacional, organización que realiza un diagnóstico sobre los efectos del cambio climático en América Latina, en México, los efectos ya se han hecho palpables en entidades como Veracruz, Chiapas, Puebla, Nuevo León, Aguascalientes, Chihuahua, Sonora y Tabasco. Mientras que el Distrito Federal es altamente susceptible al fenómeno conocido como “islas de calor”, que el año pasado mató a cerca de 3 mil personas en Francia.
Este es un fenómeno meteorológico que se produce principalmente en las ciudades con un alto grado de urbanización y con pocas áreas arboladas, donde la temperatura media suele ser mayor que en las áreas rurales cercanas. “En México no se tienen todas las cifras, estamos tratando de presentar algo en algunos meses; hay sospechas y hay indicios muy fuertes de que el cambio climático ya ha arrojado los primeros desplazados en lugares como Tabasco y Chiapas. A raíz de los huracanes ‘Wilma’ y ‘Stan’ hubo migraciones pero no hay quien esté haciendo la valoración, las cifras son muy pobres”, expresó Beatriz Olivera, coordinadora de Campaña Pública en Latinoamérica y El Caribe de Oxfam. Destacó el ejemplo de Veracruz, que tuvo que implementar un programa de cambio climático ante las afectaciones que ya estaba causando en los cultivos de café, papaya y chile habanero.
En el caso de Puebla, según la especialista, existe una asociación entre los incrementos de un grado centígrado en la temperatura y una mayor incidencia de las enfermedades diarreicas. Estados del Norte del país, como Nuevo León y Chihuahua, se han visto azotados por agresivas y prolongadas sequías, mientras que Aguascalientes enfrenta problemas de estrés hídrico; en Chiapas reportan que los cambios en el clima amenazan a los cultivos de maíz, una de las principales fuentes de subsistencia de las comunidades indígenas. Destaca a Tabasco “que ha sido el lugar eternamente olvidado por este tema, a pesar de las inundaciones de 2007, cuando fue la primera vez que se empezaron a asociar las inundaciones con estos fenómenos; se realizó junto con Comisión Nacional del Agua (Conagua) el plan hídrico, pero tardó en estar listo seis años, la problemática continúa, Tabasco tiene una vulnerabilidad natural por ser una zona pantanosa. Es un estado de los más vulnerables y ha sido olvidado por estas medidas”, advirtió la especialista de Oxfam.
El cambio climático traerá también un crecimiento de los mares, que ya se empieza a notar en distintas zonas del mundo. En el caso de México, entre el año 2080 y el 2100, el Puerto de Veracruz va a ser alcanzado por el mar, la Isla de Jolgor en Yucatán, “va a desaparecer”, mientras que Cancún y la Riviera Maya también están en riesgo, según Viviana Macías Vences, De Instituto de Investigación y Desarrollo Sustentable y Equidad Social de la Universidad Iberoamericana. Destacó que, para evitar tragedias, es necesario que las autoridades tengan una estrecha vigilancia en las ciudades cuyas temperaturas son superiores a los 37 grados, al ser esta la temperatura máxima que puede soportar el cuerpo humano. Estados como Sonora, Baja California, Nuevo León y Chihuahua, entre otros, generalmente rebasan estas temperaturas, que cada año irán en aumento. En el caso de la Ciudad de México, consideró que está “relativamente” protegida por encontrarse rodeada por una zona montañosa, sin embargo, no se encuentra exenta de fenómenos como las granizadas que se presentaron la semana pasada o las llamadas “islas de calor”. “El cambio en la temperatura afecta a los ecosistemas: va a haber plantas y animales que van a desaparecer como sucedió con el pájaro carpintero, se acabó su hábitat y no tuvo a donde migrar. Necesitaba árboles grandes para hacer su nido, pero no los encontró y tuvo que desaparecer”, expresó. También mencionó a la población más sensible, ya que los adultos mayores y los niños que viven en estas áreas son los más propensos a padecer afectaciones a la salud. Destacó la importancia de mantener informada a la población, pues si antes la previsión era que la temperatura iba a aumentar entre uno y dos grados, ahora, la expectativa es que el incremento sea de entre 3 a 4 grados en 10 años. “Es importante tomar acciones desde ahorita, el nivel del mar va a subir, si los modelos de desarrollo siguen como están esto no sólo va a suceder sino que se va a acelerar”, advirtió. Cabe mencionar que en más de una ocasión, el panel de expertos de la ONU sobre el tema le ha advertido a México que invierta más en una estrategia para reforestar y dejar de talar y quemar bosques, sin embargo, no hay continuidad en las políticas públicas en la materia. Recordó que la empresa de reaseguro Munich Re publicó un informe en el que detalla que 2013 fue el año en el que se han presentado más desastres y pérdidas derivados de inundaciones relacionadas con el cambio en el clima, como es el caso del tifón “Haiyán”, en Filipinas, que dejó más de 6 mil muertos a su paso.
Pero lo que preocupa es que “nadie está poniendo atención” a pesar de las advertencias, según la experta de Oxfam. México es uno de los países más vulnerables al cambio climático no sólo por su ubicación geográfica, sino también por ser una nación con un alto porcentaje de la población que vive en la pobreza. Carlos Tornel Curzio, analista de políticas públicas e investigador del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), recordó que el problema del cambio climático no solamente se refiere a las variaciones en el clima, sino también a que estas ponen en riesgo el acceso a recursos como el agua y los alimentos, y en este punto son los 50 millones de mexicanos más pobres, quienes padecerán las consecuencias
El cambio climático también afectará a los más ricos, ya que las altas concentraciones de personas en las ciudades con más de 500 mil habitantes favorecen la mala calidad del aire, que generalmente no encuentra condiciones para dispersarse, lo que provoca entre los habitantes enfisema pulmonar y enfermedades cardiovasculares. “El Distrito Federal es un caso muy particular por ser una cuenca hidrológica y en la que aparte tenemos inversión térmica; los efectos pueden ser catastróficos”, advirtió. Citó que en el país mueren 14 mil 700 personas al año por la mala calidad del aire y “ante el cambio climático estamos hablando que hasta 70 por ciento de la población puede ser afectada”, expresó.
Los expertos coinciden en la necesidad de reorientar las políticas públicas para que las acciones de prevención, adaptación y mitigación del cambio climático tengan presupuestos que realmente estén etiquetados para este objetivo. El experto de CEMDA explicó que México tiene el llamado Fondo de Desastres Naturales (Fonden) a través del cual del 2000 a 2011 se ha invertido 32 veces más en reconstrucción que en prevención. En 2013, el Programa de Prevención de Desastres (Fopreden) recibió un presupuesto de 335 millones de pesos, mientras que para el Fonden se autorizaron 6 mil 242 mdp. “La problemática es que estamos pagando problemas que tuvimos hace tres años: huracanes, sequías y más que pasaron hace ya tres años, pero como estamos viendo, ‘Ingrid’ y ‘Manuel’ los vamos a empezar a pagar en 2020 porque vamos a seguir pagando costos que ya traemos de atrás”, dijo el experto de CEMDA.
Indicó que de acuerdo con sus cálculos, el gobierno de México invierte 60 veces más en la reconstrucción que en la prevención, en lugar de empezar a generar infraestructura, planes de manejo y de prevención en los tres niveles de gobierno, “para tener acciones preventivas a tiempo y que no reaccionen tres minutos antes”. Puso el ejemplo de los ciclones “Ingrid” y “Manuel”, en septiembre pasado; la reacción fue tan lenta que generó más de 200 muertos y un número de desplazados cuyo número se desconoce. Indicó que hasta ahora no existe continuidad entre las políticas ambientales del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) y del actual Presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018) pues mientras el Plan Nacional de Desarrollo (PND) del primero incluía acciones transversales, el proyecto del actual mandatario incluye el tema en su propuesta de un “México Próspero”, lo que muestra que existe un desfase en la importancia política que le hemos dado al cambio climático”.

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