miércoles, 16 de abril de 2014

Unión Cívica Jiquipilco recibe a la AMECROM A.C. julio 2013


Introducción.
Las organizaciones de la sociedad civil (OSC) también llamadas organizaciones no gubernamentales (ONG) existen desde el s. XVIII, adquieren mayor visibilidad con los movimientos emergentes de mediados del s. XX. Como son el feminismo, el ecologismo y el pacifismo encabezados por ciudadanos, ante una problemática social. Su quehacer se intensifica con la transformación del Estado de Bienestar al Estado neoliberal, al abandonar el Estado su deber de proveer servicios y adjudicar responsabilidad a la sociedad.

Las OSC tienen objetivos diversos: la educación, la cultura, el rescate histórico, el fomento de la cultura, la construcción de la ciudadanía, las actividades deportivas, el fomento de la salud, los derechos humanos, la equidad de género, el cuidado del medio ambiente. Su principio es la ayuda mutua, el trabajo comunitario, trabajo social que no es desconocido en México (aunque ahora con las políticas paternalistas del Estado está en peligro de extinción) recordemos el papel de las faenas, del tequio.
Un exponente de la cooperación en los pueblos es la celebración de las fiestas religiosas.
Las OSC son por definición independientes del Estado, expresan el juicio crítico frente a las decisiones gubernamentales con cuestionamientos propositivos animados por el deseo genuino de dar alternativas de solución a los problemas que aquejan a la sociedad actual, sin llegar al enfrentamiento o la aversión gratuita. Son un contrapeso frente al poder, espacios de tolerancia y respeto de las diversas formas de pensar, de las preferencias políticas, religiosas y sexuales de la sociedad.
Actualmente en México se ha formalizado la constitución de asociaciones altruistas y filantrópicas. Han surgido centenares de ellas amparadas por la ley de Organizaciones de la Sociedad Civil. Aunque no todas trabajan con honestidad y por el bien común. Por el contrario son modus vivendi de ambiciosos que con audacia y sin escrúpulos lucran con la pobreza, con niños de capacidades diferentes y con la desesperanza existente hoy en día.
En estos días en que la pobreza económica, social y espiritual crece en el país y en nuestra entidad, donde abundan organizaciones perfectamente acopladas, que cumplen con eficiencia y eficiencia su misión letal de destrucción, es deseable un espacio para la esperanza: la posibilidad de que la ciudadanía se organice para trabajar por el bien común, en el campo de la educación, la cultura, la ciudadanía, la historia, la defensa de los derechos de todo tipo. Sabiendo que no hay pingües ganancias como las de los depredadores sociales, pero en cambio es grato, satisfactorio construir, y crecer en humanidad.
La importancia de las organizaciones civiles es tal que los estándares internacionales para medir la democracia de una nación incluyen el indicador de número de asociaciones civiles registradas. El Estado deseoso de cumplir los parámetros, y ante la indiferencia y apatía sociales existentes, favorece la creación de organizaciones que sólo son un número más, También es común la perversión estatal vía la coptación de organizaciones civiles, donde se subyuga a las OSC, a cambio de prebendas y privilegios diversos.
No es el caso de las asociaciones que hoy se dan cita en este lugar. La trayectoria y sus logros dan cuenta de ello, son espacios de expresión de la sociedad que activan la participación, que comparten y trabajan por el bien común. La Asociación Mexiquense de Cronistas Municipales, a través de la crónica histórica, el reconocimiento del pasado como referente para entender el presente e imaginar el futuro. La Unión Cívica Jiquipilco comprometida en el rescate y enriquecimiento de la cultura política con la concientización ciudadana. El Movimiento Ecologista del Estado de México decidido defensor de la naturaleza, el sustento vital, crítico de las políticas públicas que subestiman el valor del ambiente para la supervivencia humana. Ignorando así la ética ambiental.

¿Cuál es la esencia de las Organizaciones  de la Sociedad Civil (OSC)?
En una visión biológica los seres humanos somos primates con lo que ello implica y que ha sido expuesto de manera significativa por Desmond Morris en su obra clásica El mono desnudo, Morris nos recuerda la vulnerabilidad, la indefensión en que nacemos y cómo sobrevivimos gracias al apoyo del grupo que habitamos. La antropología y la filosofía indican que somos homo sapiens sapiens y zoon politikon (Aristóteles) es decir seres con inteligencia, que analizan, polemizan, crean y construyen en grupos organizados, en polis; vivimos en comunidad, somos gregarios.
Por ello, dada la vulnerabilidad física, requerimos el apoyo de los otros, es una verdad de Perogrullo “todos necesitamos de todos”. Por ello, el aislamiento no es lo ideal, quizás el disfrute de la soledad es adecuada sólo los sabios que velan por la humanidad. Para el común de los mortales el vivir aislado conduce al individualismo egoísta, a la autodestrucción, desactiva la vida social. En sociedad aprendemos a respetar, tolerar a los otros, a compartir, a trabajar en equipo; conocemos el valor de la unión, la participación a través de todas las interrelaciones que conforman el tejido social.
Las interacciones son acciones inspiradas en virtudes como la amistad, la fraternidad, la solidaridad, la justicia, el amor. Una vida en comunidad requiere de la ética. El reflexionar ético puede darse o no, el comportamiento ético es común en el día a día. Todos los días conocemos a personas virtuosas, que practican las virtudes aún sin saber que son virtudes, es decir que conviven en armonía, son bondadosas, respetuosas, tolerantes, justas y dignas. Independientemente de la trayectoria académica, la ética se aprende en la vida y no sólo en las aulas. La vida se forma de claroscuros, hay también personas que cultivan vicios, intemperanza y estulticia, quizá porque como dijera Sócrates no conocen el camino del bien y desconocen la satisfacción y el placer de una vida digna.
Volvamos por un momento a la ética, en el templo de Delfos existía la inscripción de una máxima: “conócete a tí mismo”, a partir de la cual surgen las siguientes interrogantes: ¿Quién soy? ¿Dónde vivo? ¿Para qué vivo?
Que están presentes a lo largo de toda la vida, a las cuales no se responde con facilidad. ¿Cómo saber qué es lo correcto? ¿Lo que se siente? ¿Lo que se sabe? ¿Lo qué dice la sociedad? ¿El deber?
Los mitos, las religiones, las ciencias y la filosofía han intentado dar respuesta.  El filósofo Empédocles creía que en el inicio todo es un caos, surgen entonces cuatro elementos: el agua, la tierra, el aire y el fuego, que están en continuo cambio por la lucha de dos fuerzas primigenias: la  energía de creación, de unión que es el amor, y la energía de separación, de corrupción que es el odio. Freud los incorpora en la conceptualización de eros  (amor) y tanatos (muerte). Para Fromm éstas son las dos tendencias del corazón humano: la biofilia como expresión de toda energía vital, de creación, de construcción, de imaginación, y la necrofilia la tendencia a destruir, a deshacer, a corromper. Cada quien decide cuál tendencia guía su vida.
 Las modalidades del amor son profundas, llevan incluso a morir por ellas. Como el amor a la patria, así lo hizo Sócrates cuando fue acusado de impiedad; siendo juzgado es condenado a morir bebiendo la cicuta o abandonar Atenas, exiliarse. Sócrates prefiere morir. Igual ocurre con Antígona que desafía las leyes de la ciudad para permitir que el cuerpo de su hermano Polínices repose en el panteón de la ciudad, (El rey de Tebas Creonte había ordenado que permaneciera fuera de la ciudad donde los perros y los cuervos darían cuenta de sus restos). De este amor a nuestro origen las y los cronistas pueden dar un testimonio fehaciente.
Retornando a las preguntas iniciales intento relacionarlas con el papel de las OSC.
¿Quién soy?
La respuesta inicia cuando reconocemos nuestras raíces, el origen, nuestro pasado, se valora el papel de la historia. Además con humildad reconocer nuestras virtudes, vicios, sentimientos, filias, fobias, capacidades, aptitudes y  habilidades. Somos un microcosmos dentro del macrocosmos del universo.
¿Dónde vivo?
La historia, la crónica del pasado y el presente, iluminan  nos dan al lugar que habitamos,  reconocer que vivimos en un país con gran riqueza cultural, asiento de civilizaciones significativas. Recordar que México es uno de los doce países con megadiversidad, una biodiversidad privilegiada en flora, fauna, suelos. Y con un sistema político formal republicano, democrático, representativo donde la participación social es eje de desarrollo.
¿Para qué vivo?
La filosofía clásica afirma que se vive para ser feliz (eudemonía), y se es feliz acorde a Aristóteles cuando se hace el bien, cuando se trabaja por el bien común. Una organización civil que trabaja por sus ideales y se aparta de intereses particulares, trabaja en armonía, crea condiciones para el bienestar de la sociedad.

En este contexto surge en 1979 el Movimiento Ecologista del Estado de México de la indignación ante el saqueo inmisericorde de Monte Alto, en la devastación del bosque que alberga el manantial de Vidadó, fuente de agua para la cabecera municipal. El MEEM documentó la denuncia. Al investigar estableció una sinergia positiva entre el trabajo académico y la acción. Reconoció lo negativo del paradigma antropocentrista que considera que la humanidad es dueña del mundo y que la naturaleza está a su servicio. Adoptó desde entonces el paradigma biocéntrico, ligado a la ética ambiental que afirma que los seres humanos son parte de la naturaleza, de la trama de la vida; por lo que todo agravio a ella se revertira en tragedias para la humanidad. Entendió que los problemas locales, eran también regionales y globales, que las fronteras políticas no privan cuando se trata de  daños a ecosistemas, regiones naturales, a la biodiversidad toda.
Desde las primeras denuncias constato la indiferencia gubernamental hacia las cuestiones ambientales. Siguiendo los planteamientos de la Conferencia de Río de 199, reconoció los tres campos de la problemática ambiental: la extinción de especies, es decir la pérdida de la biodiversidad; la contaminación de la naturaleza en todas las modalidades: de agua, de suelos, de aire, visual, auditiva, por desechos sólidos, líquidos, domésticos, municipales, industriales, tóxicos, no tóxicos y la pobreza, el flagelo que hoy en día continúa. Problemas a los que hoy se añaden el cambio climático, los transgénicos y la soberanía alimentaria. Por lo que cuestiona el modelo de desarrollo económico imperante (el capitalismo devastador).
La labor del MEEM ha sido de conocer, investigar, difundir lo que los científicos trabajan. Y reconocer el carácter antropogénico (creada por el ser humano) de la crisis ambiental. Así deja de ser sólo un problema de la biología y la ecología e involucra las variables económicas, políticas, sociales, culturales como causas de los problemas ambientales.
También al conocer la realidad: la tala irracional, la deforestación, la pérdida de biodiversidad, el manejo inadecuado de desechos de todo tipo, la contaminación de ríos y cuerpos de agua, la erosión por eutroficación inducida por uso excesivo de agroquímicos, la contaminación visual y auditiva de centros urbanos, se enfrentó a otro mal que es la degradación, la corrupción política. Servidores sin conciencia ni cultura ambiental que ante la ganancia pronta permiten que campos agrícolas se transformen en unidades habitacionales, carreteras “verdes”, basureros a cielo abierto sin control. Existen regulaciones y normas no aplicadas, supervisiones fingidas, simulación y falta de voluntad política para defender la naturaleza. El discurso expresa la defensa de la naturaleza. La realidad, las acciones de los políticos muestran lo contrario.
Desde la creación del MEEM vimos como el tema ambiental se incorporó a la agenda de gobierno con la creación de instancias específicas para la atención de los problemas ambientales, con su respectiva burocracia, hay que reconocer que existen especialistas con conocimientos, pero inaplicables por ignorancia de los superiores. Secretarios y directores que llegan al puesto como pago de favores políticos, que no conocen ni les interesa conocer el tema ambiental, y sólo esperan agazapados el mejor momento para despegar y obtener un cargo más adecuado a sus ambiciones personales. Lucran con la supuesta defensa de la naturaleza, del medio ambiente, simulan que trabajan para justificar su estipendio. La realidad la vemos todos los días: contaminación, extinción y pobreza son constantes en todo el territorio estatal y nacional.
La Unión Cívica Jiquipilco A.C. tiene una historia que se remonta hasta la década de los setenta en el municipio de Jiquipilco, es un grupo constituido por ciudadanos preocupados por las características erráticas del quehacer político municipal. Mujeres y hombres que desde entonces exigían la rendición de cuentas y la transparencia en el manejo de los recursos públicos, que denunciaban las obras fantasmas que administración tras administración eran exhibidas como obras concluidas en los informes oficiales.
Hoy es la instancia donde se expresa la indignación ciudadana ante la inercia de las políticas de corrupción municipal, Jiquipilco cuenta con riquezas naturales, culturales y sociales como todo municipio, es absurdo que hoy en el s. XXI, su población continúe en la pobreza. Nada cambia salvo el inexplicable, muy explicable enriquecimiento de ciertos servidores públicos.
Unión Cívica Jiquipilco así se manifiesta como un observatorio ciudadano, registrando las incongruencias, las inconsistencias, las corruptelas, difundiendo la información. El objetivo es contribuir en la construcción de la ciudadanía, actuar en pro del medio ambiente y el fortalecimiento de las virtudes y valores ciudadanos. Un pueblo con cultura ciudadana es un pueblo que participa, trabaja, responsable que defiende y exige sus derechos.

Logros obtenidos:
• Obtención del Premio al Mérito ecológico 2010 otorgado por la SEMARNAT.
• Cursos, conferencias sobre las temáticas cívicas, ambientales y éticas, donde se motiva la participación de la sociedad civil.
• Instalación de estufas ecológicas en Loma de Hidalgo, Jiquipilco, Méx.
• Impulso a parcelas silvopastoriles en Mañí.
• Recuperación de zonas erosionadas y creación de Parques Naturales en el municipio de Jiquipilco, Ixtlahuaca y Toluca: Paseo Tlilcuetzpallin, Parque José Moreno Díaz, Parque Endotzi, Puerto Xiquipilli, Zona Rodolfo Leyva Arzate, Ladera de ejido de Santa María Nativitas, capilla de San Isidro, Parque Col. Hank González y Alameda 2000.
• Trabajo colaborativo con instancias gubernamentales: Sedagro, Probosque, Instituto Mexiquense de Cultura, Cedipiem.
• Ciclos de conferencias para enriquecer la cultura política.

Participar en una organización civil es imaginar utopías gratas, es reencontrarnos con el sentido gregario, es dar oportunidad a la biofilia, al eros, a la creación (ya fue suficiente de tanatos) con la disposición de compartir, ayudar, disfrutar el trabajo. A encontrar un sentido para el vivir: vivir para servir. Contribuyendo al bien común. Se requieren brazos para compartir, mentes para idear, piernas para caminar, sentimientos para ser feliz. La tarea sigue, hay que imaginar nuevas acciones que enriquezcan este sueño, que es ideal y accionar plenos. Un reto a superar es la indiferencia social. Hay que persuadir, seducir con las palabras que fascinan y las acciones que enaltecen y dignifican a la humanidad.
 Permítanme terminar con el sentir del escritor portugués José Saramago:
“No sé hasta qué punto este país me necesita… pero sé hasta qué punto lo necesito yo. Este país me gusta hasta en lo que no es bueno. Hay una relación mucho más importante que eso que se llama patriotismo; es una relación carnal, de raíces. La tengo. Sobre todo intento saber quién soy, pero no como ser individual: sino como alguien que está en esto que es un pueblo y una historia.”
Muchas gracias por su atención.

Santa María Nativitas, Jiquipilco, Méx.,
27 de julio de 2013

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